El Cheesecake es uno de mis postres preferidos. Así que cuando el otro día vi una receta de mini cheesecakes con base de galleta me vi obligada a hacerla. A pesar de que me costó esfuerzo, sudor y lágrimas, valió la pena porque estaban deliciosos!
Mini Cheesecakes
Primero tenemos que preparar la base de galleta y para ello necesitaremos:
400g de harina
125 g de azúcar glas
200 g de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
una pizca de sal
Ponemos todos los ingredientes en un bol y los amasamos con las manos.
Extendemos la masa hasta que quede bastante fina y con un cortador redondo en forma de flor la cortamos.
Colocamos cada una de las galletas en una bandeja de mini magdalenas puesta al revés (también sirve una bandeja de tamaño normal, pero en ese caso no serán mini cheese cakes, obviamente).
AVISO: hay que hacerlo con muchííííííísimo cuidado y muchííííííísima paciencia, porque la masa se rompe y se agrieta.
Una vez hayamos conseguido poner la masa en la bandeja, las metemos en la nevera un rato y encendemos el horno a 170ºC.
Hay que hornearlas unos 10-12 minutos. Cuando veamos que los bordes están morenitos, las podemos sacar.
Las dejamos en la bandeja unos minutos, y luego las colocamos en una rejilla para que se enfríen.
Para preparar el relleno necesitaremos:
300g de queso crema
100g de leche condensada
2 cucharadas de zumo de limón
mermelada de fresa (o de cualquier otro sabor que os guste)
Mezclamos todos los ingredientes, menos la mermelada, en un bol.
Cuando estén bien integrados, ponemos una cucharadita de mermelada en la base de la galleta y cubrimos con la crema.
Los metemos en la nevera y los dejamos mínimo cuatro horas para que cuaje la crema.
A las cuatro horas, cubrimos con otra cucharadita de mermelada.
Aunque poner la masa de galleta en la bandeja de las magdalenas es difícil, el resultado está muy bueno!
